“Entre la palabra y la tinta”

“Entre la palabra y la tinta”
M.E. Sergio Arévalo; Comunicólogo
M.E. Sergio Arévalo; Comunicólogo

-Actores con políticos: su mejor novela-

Un día en una cena vi llegar a un actor  con un político al cual  días antes lo había visto con su novia en una presentación de un libro. Platicando ya para despedirnos me comentó el anfitrión que le actor  tenían una relación “especial” con el político y que gracias a esto el actor había conseguido varios proyectos “baia baia” fue mi única respuesta ¿algo de nuevo? En lo absoluto.

La desaparecida actriz María Felix reconocida,  se dijo en su momento que sostuvo un romance con el presidente mexicano Miguel Alemán pero todo se manejo como un simple rumor, mientras que la que si se supo por ser un romance más que descarado fue el de Irma Serrano con el ex presidente Gustavo Díaz Ordaz quien se llegó a decir le regaló la cama de la emperatriz Carlota.

Si hablamos de romances de gobernadores, la primera actriz Silvia Pinal  estuvo casada con el gobernador de Tlaxcala (1981-1987) mientras la reconocida Victoria Ruffo está casada con el Gobernador de Pachuca Omar Fayad  así como Mariana Prats que se casó con el político Marcelo Ebrard del 2006 al 2011.

Puesta en diversas ocasiones en “el ojo del huracán” la actriz Edith González quien fuera cuestionada en el 2016 por los medios de comunicación de talla internacional por la aparición de su nombre en documentos en los que ella se veía beneficiada por millones y quien se cree aunque no se diga mucho es una presta nombres debido a su conocido  romance con el panista Santiago Creel con la que tuvo una hija, lo que al político le costó ser considerado para próximas elecciones.

La lista es larga y el mejor ejemplo es la primera dama Angélica Rivera quien se encuentra casada con el actual presidente de México  Lic. Enrique Peña Nieto. Los actores han encontrado en la política un nuevo rubro en el cual incursionar, ya sea entre las sabanas o apoyándose en su popularidad mediática para solicitar o competir por un puesto de elección popular tal fue el caso de la Sra. Carmen Salinas y Damián Alcázar.

Alcázar quien es conocido por ser un actor que realiza películas con temática de denuncia social, solicito licencia después de ser acusado de no acudir ni al 50% de las sesiones, y es que el actor se encontraba trabajando en el extranjero en una nueva política, como dirían “a quién dos amos sirve a uno le queda mal” pero el actor debió de pensar que uno de ellos era la nación, ¿no qué muy luchador de un verdadero cambio?

Carmen Salinas es una actriz, productora y amiga de políticos. Conocida por su estrecha relación de amistad con los principales funcionarios del Partido Revolucionario Institucional entre ellos el ex Gobernador de Coahuila Humberto Moreira quien la invitara en varias ocasiones a distintos eventos y hasta una calle le daría con su nombre. No solamente no ha dado ninguna propuesta para el bienestar de las artes, sino que su actuar ante la crítica de la sociedad a sido más que grosera y “brillante”, ¿la última? Al cuestionarle sobre su opinión del aumento de la gasolina ella dijo “El que tenga coche que lo mantenga” increíble el nivel de profundidad de nuestra legisladora.

El país se encuentra en uno de los momentos de mayor crisis, se hace referencia a la historia para darnos ánimos dando a entender que de cosas peores hemos salido pero es que el desgaste por tanta información negativa, la falta de credibilidad hacia los políticos y medios de comunicación provocan una incertidumbre angustiante. Es en esos momentos en los que los artistas muestran su magia, en la que a través de sus cualidades nos muestran que el mundo tiene algo bello y no solamente números rojos y apatía gris.

Se entiende que la farándula se quiera mezclar con los políticos, el poder da fama y sobre todo lo primero: poder; aunque para ser más poéticos digamos que “al corazón no se le manda”. Podemos creer que tanto es el interés de las actores y actrices por  ver a su pueblo mejor toman como camino el formar parte de la política sin recordar que ser juez y parte no es tarea fácil y sobre todo el rumbo durante el trayecto se puede perder. Tal vez deberíamos de considerar que la cultura y la política pueden estar juntas pero no revueltas.

“Toma tu corazón roto y conviértelo en arte”

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