La mentira

La mentira

“Ludere suo corio”  Jugarse el pellejo

Tomas Bermúdez Izaguirre
Tomas Bermúdez Izaguirre

Los ciudadanos normales, tenemos la obligación de no dejarnos engañar por la clase política ni por los medios de comunicación masivos: nos van en ello la justicia, la libertad, y los pobres, y lo más doloroso la esperanza popular, si nos repiten algo hasta que, invariablemente, creemos que lo hemos pensado nosotros, lo repetido es falso y a esta sencilla máxima hay que remitirse ante cualquier duda o incredulidad. Simple ejemplo de la poca importancia que se da a la verdad en México y del mucho uso que se hace de la mentira.

Y es esa mentira la que hiere la convivencia natural de las personas, la que las enfrenta y la que les arrebata partes del mundo que debieran conocer para ser algo más libres. ¿Qué es la mentira?  Sin recurrir a una filosofía más o menos complicada, definámosla como se siente: «Expresión o manifestación contraria a lo que se sabe, cree o piensa». En otras palabras, es la falsificación de uno mismo, ¿Es pura casualidad? Pero para enfrentarse a la mentira no se debe llegar a no creer en nada, que sería una forma de que la mentira no alcanzara jamás al que la recibe.

Crearía más problemas el no creer que el creer en lo equivocado. La postura recomendable es dar a cada cosa su importancia sin olvidar que la jerarquía de las cosas de nuestro mundo siempre es pequeña. Decía el ensayista francés Revel en su «conocimiento inútil» que vivíamos bajo el dominio de la mentira. De un sexenio de la mentira, otro patético fin de año que no será recordado como “los errores de diciembre” sino por el fracaso en términos energéticos, “el gasolinazo” ¡que desorganización! que, en un país petrolero por excelencia, el mal manejo haga una crisis que incida en la macro y microeconomía del país,  propiciará un efecto inflacionario que, de acuerdo con algunos analistas, podría ser de 5 por ciento, definitivamente en este cuarto año de este sexenio se va a las peores épocas de ostracismo, inseguridad y de frustración colectiva de los ciudadanos del país.

Me pregunto ¿cuál será la reacción popular?, ¿de aceptación?, ¿de rechazo? De qué está forjado el mexicano actual, de un conformismo mediocre, o de la belle indifference o quizás ya tendrá suficiente conciencia colectiva y hacer un frente común para iniciar la metamorfosis del poder público, ya que el actual modelo se encuentra totalmente rebasado, obsoleto, con estertores agónicos de una inminente muerte del actual sistema, sus signos y síntomas manifestados por: corrupción, impunidad, inseguridad, casa blanca, Tlataya, Ayotzinapa, y finalmente con la actual “puñalada trapera” a la ya muy frágil economía del ciudadano, y aquí precisamente es donde ya no cabe ni ideologías, menos filosofía política, no posiciones de derecha y/o izquierda, todos esos grupúsculos llamados partidos políticos han quedado rebasados por su inoperancia, y por el fracaso político-administrativo del país, siendo lamentable que México tenga que exportar crudo y luego importar gasolina, además el panorama actual y del futuro mediato está demasiado pesimista, ya lo mencionó don Porfirio Díaz: “Pobre México tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos” ya que en 20 días estará en la presidencia de aquel país un individuo que será hostil para la patria, y que desafortunadamente nos tomaría en un momento de efervescencia política entre nosotros, así que cuidado…

“Ludere suo corio”  Jugarse el pellejo.

Comentarios: tomymx@me.com

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